Muchos vinos indican en sus notas de cata o contra etiquetas su capacidad de guarda, de igual forma, podemos leer estos datos en apps especializadas en vino. Sin embargo, existen botellas que, si bien no lo indican, podrían guardarse por varios años. Ante la duda, te mostramos características en los vinos que sirven de guía para decidir si podemos guardar nuestra botella o no, sin necesidad de ser expertos.
Por: Ava García Leeh
Decimos que un vino es de guarda cuando tiene las características adecuadas para madurar en botella. Y la única manera que tenemos de saber si podemos guardar un vino o no, es bebiéndolo.
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La finalidad de guardar un vino es dejarlo madurar en la botella; los fermentados hechos para ser envejecidos irán puliendo sus características y se volverán más elegantes y redondos con el paso del tiempo.
Pero no todos los vinos están hechos para guardarse. Si una botella tiene corcho sintético, taparrosca o es un vino con poco paso por barrica –un año o menos-, entonces ese vino está hecho para que lo disfrutemos joven, frutal y divertido.
Las características que debemos buscar para saber si podemos guardar un vino son las siguientes:
1. Acidez: la acidez de un vino puede significar juventud; si probamos un vino con ésta característica, seguramente tendrá una buena capacidad de guarda. Con el paso del tiempo, la acidez irá disminuyendo e integrándose mejor.
2. Alcohol: cuando un vino tiene un alcohol cálido, como le llaman los expertos, y que se refiere a la sensación de –valga la redundancia- calidez en el pecho cuando probamos el vino, o cuando podemos percibir los aromas y el sabor del alcohol en la copa, seguramente estaremos frente a una bebida con capacidad de guarda. Después de unos años el alcohol disminuirá y se sentirá menos presente en copa.
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3. Barrica: ésta, además de las características aromáticas que le confiere al vino, también funciona para protegerlo de la oxidación, por lo tanto retardará el envejecimiento del fermentado. Generalmente, los vinos que han tenido un paso importante por barrica –entre unos 18 y 24 meses- lo indican en la etiqueta. Si no lo hacen, como algunas Denominaciones de Origen europeas, podemos asegurarnos consultando algunas apps especializadas o las fichas de cata, que siempre están disponibles en línea.
4. Edad de las vides: cuando una vid tiene más edad, produce mejores uvas, y, por lo tanto, un mejor vino, con capacidades de guarda. Esta información también está en las contra etiquetas o en las fichas de cata.
Existen vinos que ya son famosos por su capacidad de guarda, como los Gran Reserva españoles o varios italianos o franceses. Ante la duda, las apps especializadas en vinos podrán confirmarte si estás frente a un vino que ya se ha hecho de renombre por su calidad y su capacidad de guarda.
Es importante saber que no sirve de mucho conservar una botella si no lo hacemos en las condiciones adecuadas. Hay que buscar un espacio en donde no de la luz directa, donde no haya cambios bruscos de temperatura y que se mantenga fresco todo el año. Las cavas profesionales
están climatizadas y también mantienen cierta humedad, pero podemos replicar esas condiciones en casa, en un armario, por ejemplo.
Ahora bien, ¿qué pasa si tenemos un vino que indica que se puede guardar pero ya queremos beberlo? Absolutamente nada. Muchos productores se encargan de darles una guarda mínima a las botellas antes de sacarlas al mercado. Y, como hay más vinos que vida, es mejor no quedarnos con las ganas.