La idea de miel que tenemos colectivamente: ese “jarabe” líquido, pasteurizado que es solamente un producto dulce contrasta con la sorpresa de las mieles crudas. Entre ellas, se encuentra la miel de mezquite, una miel blanca del desierto que apoya a la conservación y reproducción de un árbol de maravillas en México.
Texto de Elisa Ortega.
Miel de mezquite
Esta miel es única, sus colores permanecen entre las tonalidades de blanco aún con sus variantes hacia el ámbar; esto depende muchas veces de las asociaciones de flores que las abejas vayan eligiendo comer y el momento preciso de floración.
Su cristalización en general es rápida pero su textura se queda en lo cremoso y suave, como las mieles mantequilla.
Los cristales en ella son tan chiquitos molecularmente que pareciera que no tiene.
Captura de pantalla, video de Panalli.
Cinco mieles con origen floral
Desde el primer momento de probarla se nota que no solo es dulce, sino que es una miel compleja y divertida.
Usualmente en las mieles de mezquite se pueden encontrar notas de aromas a nueces, maderas, ahumados, ciruelas o caramelos; pero su retrogusto siempre es floral.
Esta combinación de dulce y flores puede ser acompañada con algunas sensaciones cítricas dependiendo de la región y año en que la miel de mezquite fue cosechada.
Como todas las mieles crudas, naturales y respetuosas con el medio ambiente, este producto tiene muchos beneficios a la salud.
Es antibacteriana, energizante, desinflamatoria y contiene fibras solubles como parte de sus azúcares; un endulzante más amable que el azúcar de caña y que va perfecto con cualquier infusión o té.
Árbol de maravillas
Mizquitl, es el origen náhuatl del nombre mezquite, este árbol es una leguminosa del género Prosopis. Crece naturalmente desde el sur de EUA hasta la región conocida como Valle de Tehuacán, en el centro de México; estos ecosistemas áridos a semiáridos tienen pocas especies con floraciones largas.
Durante la primavera, el mezquite llama la atención de polinizadores como las abejas durante 15 días al año con sus polen amarillo. Puede crecer hasta 10 metros o quedarse a manera de arbusto dependiendo del contexto.
Foto de Canva.
El mezquite es un árbol de maravillas: sus raíces profundas buscan agua en momentos de sequía, pero también ayudan a la retención de humedad y a evitar la erosión.
Los desiertos mexicanos en donde crece tienen más nutrientes en sus suelos ya que esta planta tiene la capacidad de aportar nitrógeno. Sus flores resisten frío y calor intensos, y no solo son consumidas por abejas para hacer miel, también los humanos pueden degustarlas.
¿Qué es el mezquite y cómo se usa?
El fruto de este árbol es particularmente un abanico de maravillas; sus largas vainas tiene un alto porcentaje de proteína y azúcares que han acompañado a los pobladores por muchos años: se come directamente, se procesa como harina para pan, hay recetas de bebidas frías, atoles y se incluye en diversos platillos regionales.
En general tiene un alto aporte nutricional y también tiene usos medicinales. Otra de sus maravillas es el uso de su madera para construcción, pero también tiene una alta popularidad para hacer parrilladas o barbacoas en Norteamérica ya que aporta sabores particulares que van bien al cocinar carnes.
Las abejas, entre el árbol y la miel
La extinción de las abejas se llevaría consigo un montón de platillos y sabores que tenemos en nuestra mesa día a día. El primero que no podríamos probar de nuevo serían las mieles (sí, en plural); las abejas recolectan el polen de distintos ecosistemas y concentran esos nutrientes en un manjar que los humanos siempre hemos aprovechado y disfrutado.
Foto de Panalli.
¿Qué alimentos están en peligro de extinción?
Esto nos lleva a pensar en el concepto de Mieles de paisaje, que como dirían en Panalli: son las mieles que condensan en su sabor la diversidad de sus paisajes de origen y cada uno de sus elementos únicos, desde la forma de apreciar la naturaleza de sus pobladores, la disponibilidad de agua, la diversidad de vegetación, el tipo de suelo, la altitud y el clima, así como los cambios temporales del territorio.
Las abejas de los desiertos mexicanos, buscan la efímera floración del árbol de mezquite, la procesan y permiten que los apicultores cosechen una vez al año una Miel de paisaje blanca; conocer esta miel nos puede dar nuevas ideas de sabores por probar y mezclar para conservar nuestros ecosistemas.
Foto de Panalli.
Yo aprendí todo esto gracias a Panalli Productos de la Colmena , un proyecto de apicultura sustentable y promoción de la conservación de los ecosistemas; que genera consciencia a través de las difusión sobre abejas y mieles.
Aquí puedes encontrar su miel de mezquite del valle de Tehuacán, Puebla: tienda en línea
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